martes, 14 de abril de 2009

PEÑALBA DE SANTIAGO.











CENOBIO DE SANTIAGO DE PEÑALBA

De lo que cae, la lluvia,
el albarizo muérdago del agua
sobre la fría losa de Peñalba.

En las altas tumbas de la nieve
posado está mi corazón junto a los pájaros.

Valle del Silencio,
donde las verdes manos del olvido beben en el mármol
y detiene su bordón cansado el peregrino.

Hierba de la luz que asciendes para cumbre,
mis pasos van cruzando tu ternura
como un caballo triste y bondadoso.

No conocerás otra belleza:
bajo la piedra boreal de los sepulcros
el alma de Genadio enmudece la tierra.

Ese es el valle del Oza
en cuyas frondas discurre el desconsuelo
y vuelan sin ser de Dios las golondrinas.

Nadie libará la sangre del cordero
en los labios de oro del cáliz de Pelagio.

Nadie podrá empozar la hiel en estos ojos
porque será dulce vivir sabiendo que tú vives.

Por el descampado en llamas bala la tristeza
su nemorosa y límpida campana.

Juan Carlos Mestre, Antífona del otoño en el valle del Bierzo.
FOTOS: J.L. e N.